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El objetivo de esta web es proporcionar toda la información de los viajes y visitas de Estado que realiza el Presidente del Gobierno, acompañado de aquellas autoridades competentes e indicadas para cada situación, así como su gabinete asesor, seguridad y otros equipos que deban acompañarle.

Contexto socio-político
De cara a la visita del presidente, la vicepresidenta y el ministro de Asuntos Exteriores a Marruecos y Argelia, es necesario tener presente la situación política y social que atraviesan estos países. Así, podemos enmarcar y enfatizar los motivos de la visita a estos dos países del Magreb. En particular, la situación de Argelia y Marruecos son de suma relevancia para la política y el comercio exterior de España. La visita oficial es oportuna, relevante e imprescindible en el contexto actual de nuestro país.
Entre los países del Magreb, que conforman la franja norte del continente africano, se encuentran Marruecos, Argelia y el Sáhara Occidental, aunque este último tiene un reconocimiento limitado por parte de las demás naciones. Los países magrebíes son de confesión musulmana sunní, aunque también hay minorías amazigh, judías y cristianas. Su colaboración se ha buscado a través de organizaciones subregionales como la Unión del Magreb Árabe (1989), aunque esta vio su actividad paralizada a finales de la década de los 90 por el conflicto de Argelia y Marruecos respecto del Sáhara (EOM 3).
Se nos presenta así la cuestión trascendental que atraviesa y determina las relaciones entre los países de la región: la cuestión del Sáhara Occidental. Esta región, que comparte frontera con el sur de Marruecos, lleva ocupada por el país vecino desde 1976, año en que España se retiró de esta colonia sin postular una descolonización formal. Por ello, sigue siendo un territorio no independiente, como lo declara la ONU. La ocupación del Sáhara Occidental por Marruecos cuenta con una importante oposición dentro y fuera del país. En el interior, el Frente Polisario controla la zona este, siendo el brazo político y armado de la República Saharaui (EOM 3). Cuenta con la alianza externa de Argelia, que reivindica la soberanía del pueblo saharaui.
La cuestión del Sáhara ha creado desde hace décadas una división dentro del Magreb y a nivel internacional entre los países que apoyan y reconocen al Sáhara Occidental y aquellos que apoyan las reivindicaciones de Marruecos sobre el territorio. Otros factores que despiertan tensiones en la región son los recursos naturales, ya que el Magreb es zona rica en hidrocarburos, petróleo y minerales. Además, países como Argelia y Marruecos son las principales vías de paso migratorias por las que la inmigración irregular llega a Europa.
Dentro de la región, la situación de Marruecos destaca por su apuesta por el desarrollo y la estabilidad internas (Atalayar) y una potente política externa. La monarquía marroquí establece una democracia tutelada, por la que la toma de decisiones se concentra en el monarca Mohammed VI (EMO 2) Ha apostado por la modernización de su arsenal y técnicas de guerra con apoyo de EEUU e Israel. Da mucha importancia a la política exterior, habiendo creado un "período dorado" en relaciones internacionales para Marruecos (EMO 2). Ha estrechado vínculos con todos los principales actores del panorama multipolar. Por ello, sus relaciones con la Unión Europea, de importancia para su economía, se han vuelto menos esenciales (Rue 20). En el panorama internacional, destaca ya como "país conector" que atrae a empresas que buscan sortear barreras arancelarias. (EOM 1) Ha entrado de pleno como economía emergente en las cadenas globales de valor. (EOM 1)
La situación de Argelia difiere de la de Marruecos en política exterior, ya que cuenta con una postura menos abierta y también menos confiada por los países de Occidente. Su política exterior está vinculada a Moscú y al Frente Polisario (Atalayar), lo que supone una fuente de tensión y hostilidad hacia Marruecos. Muestra de ello es que su frontera permanece cerrada. En el panorama internacional, es uno de los pocos países que apoyan abiertamente la causa saharaui y, debido a su enfoque confrontativo, está más aislado (Atalayar). La política atraviesa crisis internas, entre ellas porque la oposición señala fraude electoral ante la presidencia de Tebún (EOM 3). Tiene especial importancia económica por formar parte de la OPEP y ser, para España, el principal exportador de energía y gas natural por medio de gasoductos (EOM 3). Ambos países tienen una relación económica de mutua dependencia (El País 2).
Por último, es importante destacar las relaciones que mantienen estos países con España. En la actualidad, España reconoce las demandas territoriales de Marruecos sobre el Sáhara, pero reaviva sus relaciones con Argelia (EOM 2). Supone dificultades, pero es necesario realizar un equilibrio entre sus relaciones con Marruecos y Argelia (El País 1). Marruecos critica cada vez más las disonancias entre las estructuras de la UE y demanda compromiso en los pactos realizados (Rue 20). Para la UE, es especialmente importante mantener un canal de comunicación con el país más seguro del Magreb. En cuanto a la relación con Argelia, desde 2021 sufrió una ruptura por el alineamiento de España con Marruecos sobre el Sáhara (El País 1). Sin embargo, el pasado febrero los ministros exteriores de ambos países se reunieron en Johannesburgo, apostando por normalizar las relaciones. Es de interés para España mantener sus relaciones económicas con Marruecos y Argelia y seguir cooperando en materia de seguridad y de inmigración irregular (El País 1).